Los padres también cobran un papel fundamental a la hora de solucionar los casos de bullying. Sin embargo, no todo es tan sencillo, si tienes un hijo puede ocurrir que sea tanto una víctima como un agresor, y hay que abordar el tema de diferentes formas.
Cuando tu hijo es el acosado:
Si sospechas que tu hijo está siendo víctima de bullying, es prioritario establecer un canal de comunicación y de confianza con tu hijo para que se sienta cómodo al hablar contigo. Has de hacer todo lo posible para que no le avergüence hablar de sus problemas, y que no se culpe de estas situaciones. Puedes ponerte en contacto con un profesor, para que él también le apoye cuando está en el recinto escolar. Lo que siempre hay que tener en cuenta es que no quiera vengarse de su acosador o se muestre agresivo, ya que empeoraría la situación.
Cuando tu hijo es el acosador:
Es muy difícil para muchos padres reconocer algo negativo en la conducta de sus hijos. Es importante que, cuando se detecte el caso, trabajar directamente con la escuela para resolver este problema de una forma inmediata. Lo que jamás deben hacer los padres del acosador es usar la violencia para reparar el problema, o estimular esa actitud de agresividad e intolerancia. Siempre puedes ayudar a tu hijo a manifestar sus incomodidades y frustraciones sin agresión.
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